siento para conocer luego pienso dejo de sentir en el claroscuro sobre la línea de los montes donde
la cabra el sol a su albedrío corren salvajemente libres en las flores de jara vi coleópteros verdes de
metal un estornino mirlos en las higueras gorriones sobre los tejados morunos de la calle digo brezo
piedra surco antiguo abandonado para no olvidar digo sol día poesía de fregadero los días corrientes
esconden un misterio que debo descubrir en la estantería reposan los libros que no supe entender o
no leí que arderán en la chimenea por igual como ardió la mirada primera del niño que fui hasta que
la edad cambió en mentira lo intuido la edad o la arrogancia niño eclipsado que siempre quiso ser
parte de la luz que apaga la oscuridad interior la vieja luz recordada del invierno en los naranjos
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