martes, 10 de abril de 2018

desde el asiento de atrás



Un buen ejercicio de humildad puede consistir, simplemente, en dejar la cámara Nikon "alta calidad" a tu hija de nueve años. Mientras conducía de regreso de las calas de Xàbia, Violeta quitó la tapa del objetivo y me regaló la vida de la carretera según ella, desde el asiento (secundario?) trasero. Quizá alguien, yo mismo también, podría infravalorar esta obra de arte minúsculo: una niña pequeña, sentada en su elevador del coche familiar, fotografiando con una cámara que apenas sabe utilizar. El resultado, un sorprendente punto de vista que pone las cosas en su sitio. ¿Tiene acaso alguien la exclusiva de la verdad?

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