disfruta de la flor que se abre cada día para nadie de la oropéndola escabullida entre los árboles
contempla el liquen mineral su resistencia la piedra cocida a fuego lento por un sol envejecido
mira sin prisa los montes donde el misterio asciende los barrancos la húmeda verdad de los lentiscos pero no respires este aire enfermo atrapado bajo el pedazo escaso de cielo que te ha correspondido olvida pronto el tiempo malgastado la vergüenza o el dolor de haber nacido
de ti depende
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