jueves, 29 de marzo de 2018

...que el riu ja no és el riu...



Cuando llegaba la Pascua, hace unos cincuenta años, los niños de mi generación esperábamos ilusionados la tarde en que nos iríamos en cuadrilla a comer la mona al río. Cogíamos una gran cuerda, cachirulo, longaniza, huevo duro y una especie de panquemado con forma de cocodrilo, de pato o de gallina, con anisitos de colores por encima. Allí saltábamos, corríamos, reventábamos el huevo duro en la frente de las chicas, jugábamos a la pelota... Ayer estuve paseando por una versión mejorada de aquella de mi infancia, y me preguntaba lo mismo que en Venecia: "¿dónde está el río? Pues debajo de los turistas".

miércoles, 21 de marzo de 2018

el mar, de nuevo

El rítmico rugido de las olas que rompen en la orilla silencia por completo mis pensamientos oscuros. Es un ruido acompasado, musical, rico en matices. Está la espuma efervescente, refrescante, volúmenes pesados que se desploman, agua sobre agua. Y el siseo deslizante de una pátina lisa y casi muda, la evaporación húmeda de cientos de burbujas de aire salino. Lejos, tan cerca, la línea horizontal y azul del aparente límite.
Barcos enormes se desperezan cerca de la bocana del puerto. Todavía me asombra que puedan mantenerse a flote, tanta tonelada de pesados metales juntos. Me entretengo un buen rato observando la salida de uno de ellos, poniendo rumbo hacia el sudeste. Como navega muy cerca de los otros, puedo apreciar la rapidez con que se mueve. En sus contenedores multicolor viajan todos los productos de consumo imaginables, surcan mares y océanos llevando a sus orillas la esencia misma del capitalismo. Compra, gasta, consume, trabaja para gastar, gasta, gasta y consume. Y cuando no tengas bastante, pide un préstamo, endéudate...Ya puedes volver a la rueda, gasta, consume. Que si no, esto se paraliza y se hunde el invento.
Mientras escribo, el oleaje se ha convertido en una dulce banda sonora salada. Al final, no ha conseguido acallar del todo estos pensamientos casi oscuros, repetidos, ensoñados...

lunes, 19 de marzo de 2018

humor tabarnés


No es mala idea utilizar el sentido del humor para desdramatizar uno de los temas que durante los últimos meses ha conseguido quitarme el sueño. En una falla de las grandes se representa esta bucólica escena, con ovejas, pastor, "gos d'atura", polis, picoletos y "mosso" mayor. Se entiende así el galimatías catalán. Me he reído un rato. Sobre todo, un chiste: una oveja carga al hombro una bombona de butano. Más o menos, venía a decir: "-no volieu votar?" (pronúnciese a lo barceloní : butà).

domingo, 18 de marzo de 2018

invierno de nuestro descontento (ahora que termina)

amenaza lluvia y coges la cámara: tienes ganas de pisar la arena recién llovida, de aspirar el denso y salobre cielo, arrebujado bajo el paraguas que te aleja de la zona de confort...



viernes, 16 de marzo de 2018

instagramer también


Tras muchas horas de curro, no he podido/sabido crear un enlace (que se quede anclado en la página principal del blog) que os lleve con un solo click a mi maravilloso y desactualizado muro de instagram. Tengo muchas fotos tomadas con el móvil. Al principio no paraba de editar, pero luego me volví un poco "dogma" (https://es.wikipedia.org/wiki/Dogma_95): tan sólo me permitiría el recorte y algunos ajustes sencillos. Me prohibí los filtros, pues me parecían una manera engañosa de creerme buen fotógrafo. Sí, tenéis razón, hace 100 años yo hubiera sido uno de esos penitentes con capirote y cilicio, flagelándome por las esquinas. Bueno, como sé que soy muy lento para estos tiempos digitales, continuaré intentándolo en la intimidad. De momento, aquí arriba os copio mi URL.


jueves, 15 de marzo de 2018

mapamundi, mapa mundillo


 
"El encaje de bolillos es una técnica de encaje textil que consiste en entretejer hilos que inicialmente están enrollados en bobinas, llamadas bolillos, para manejarlos mejor. A medida que progresa el trabajo, el tejido se sujeta mediante alfileres clavados en una almohadilla, que se llama "mundillo".  (Wikipedia)
Buscaba un apellido imaginativo y cómplice para contrarrestar la solemnidad del inicialmente lacónico MAPAMUNDI, cuando, jugando, jugando, di con esta polisémica palabra: MUNDILLO. Su cuarta acepción me venía al pelo como metáfora para definir el qué y el porqué de este blog, la de almohadilla en la que iré clavando con alfileres imágenes y textos que conforman mi volátil mapamundi.