4:00, lunes 1 de agosto. Desvelado. El cielo es oscuridad perforada, un matiz del negro que el gallo reconoce. Quietud antes del amanecer, alborada lenta y callada. El perfil de la montaña se dibuja cada vez más nítido. La luz va aumentando su densidad y crea las cosas que antes dormían. El día empieza, nuevo, toda su amenaza parece aún lejos. La vida vuelve.
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